sábado, 22 de junio de 2013

Largo Paréntesis

   Así no se puede seguir. El último post lo publiqué el 23 de abril. Han pasado ciertas cosas en mi vida, y en estos momentos mas que escribir sobre actualidad política, me apetecía hacerlo sobre vivencias que me están pasando, sentimiento, emociones, pero al final cada vez que empezaba a escribir o tenía algo concluido lo borraba, por la sencilla razón de que al escribir sobre sentimientos, estas en definitiva escribiendo sobre personas, y todo el mundo no entiende las cosas como yo. Que por otra parte; ¡así me va!
   Pero, como contraprestación si  que tengo que oír muchos comentarios dirigidos hacia mi, que tampoco son muy alentadores. A veces me dan bajones importantes, muy importantes. Lo estoy intentando llevar de la mejor manera posible, pero ya hay veces que me flaquean las fuerzas. La situación por la que paso no es la deseable para nadie, y encima, mi mente sigue analizando comportamientos y situaciones que tocan vivir sin estar de acuerdo con ellas. Recurrí a la ayuda de una profesional de la Psicología y en las pocas charlas que he tenido, llego a la conclusión de que tampoco me gusta la vida que llevo. Te da consejos que en las películas quedan muy bien, como ese de hacer lo que uno quiera, irte donde te apetezca y con quien te apetezca (grosso modo). Pero la vida va por otros derroteros. Porque por mucho que uno quiera cambiar la vida o de vida, la vida no está dispuesta a que la cambies.
   Me estoy planteando ir poco a poco desligandome de ciertas personas, o de determinada vida social. Hay gente que me está exigiendo que juegue mas en serio el papel de enfermo que me ha dado la vida y que mi mente está rechazando. Pretendo vivir el momento, pero ese momento está lleno de gente hipócrita y mal nacida que todavía se permiten el lujo de hablar a mis espaldas de con quien voy y con quien no. Y a estas alturas, a mí, me da lo mismo, pero a las otras personas implicadas, no. Si algo puedo hacer ahora es dedicarle mi tiempo a la gente que realmente quiere estar conmigo. Y parafraseando un post que circula por Facebook, esas personas se pueden sentir muy afortunadas porque les estoy dedicando el recurso que menos me queda: el tiempo. Hay personas empeñadas en seguir dejando cosas para el futuro, y se olvidan del presente. Y a mí ahora, no me preocupa en exceso el presente, pero lo que si puedo asegurar es que me horroriza el futuro. Hasta la gente que está a mi lado tiene que seguir con su vida. Pero esa situación a veces me angustia muchísimo, porque veo la ilusión con la que afrontan esas perspectivas, y yo me tengo que quedar siempre mirando como se hacen realidad sin poder participar en ellas. Lo peor es que ese poder, se transforme en querer. En un siguiente post explicaré que conlleva está enfermedad. Porque todo el mundo te da "palitos en la espalda" de ánimo, pero esto, si que no hay manera humana de entenderlo.