martes, 19 de febrero de 2013

OTRA VENTAJA DE SER FAMOSO.

   Estos días hemos visto la caída de otro ídolo, el Sr. Pistorius. El hombre que impresionó al mundo entero el pasado verano corriendo en las olimpiadas con sus prótesis bionicas en las piernas. Pues bien, hace unos días nos encontramos con la noticia de que lo han detenido por la presunta muerte de su novia, una modelo francamente guapa. De cuatro tiros y con el cráneo destrozado por bate de beisbol que la policía encontró con restos de sangre en el escenario del crimen. (Soy fan de CSI).
   A partir de aquí todos los noticiarios y periódicos hablan del tema. Que sí salió de la casa esposado y visiblemente afectado, la familia en estado de shock, que si llora cuando le leen los cargos de la acusación en el juzgado, y un montón de cosas por el estilo y siempre centrados en él, el famoso. Y yo me pregunto: ¿y la novia? ¿su familia no está también afectada y en estado de shock?
   Es lo que tiene la prensa de hoy en día, el ser popular te da un plus, y la presunción de inocencia se ve tendenciosamente manipulada e incluso se pierde la imparcialidad.
   Ya pasó en España con los tristes episodios protagonizados por Farruquito y por Ortega Cano. El hecho de que el primero fuera sin carné y el segundo presuntamente bebido no es suficiente. Casi ningún medio se ha hecho eco de las dos familias destrozadas en sendos accidentes. ¿Por qué? Pues porque no salían en los medios. No eran famosos. Los otros dos vieron como la prensa (la mayoría) sólo hablaba de ellos; y de los muertos, ni una palabra. Que sí tenían derecho a rehacer su vida, que si fue un error, etc. Y yo insisto ¿y los muertos, que? A ellos le cortaron la vida y a sus familias también les cambió la suya. Pero entonces los Salsa Rosa y demás bazofias de Tele 5 y algunas más, llevan a los afligidos famosos a cobrar en vez de hacer un tele maratón para ayudar a la familia de las víctimas. Y como siempre lo que algunos llaman el público. Después de todo eso, y de que Farruquito no cumpliese ninguna pena ejemplar, hace un espectáculo, y por morbo, o lo que sea, llena el auditorio. En otro país más civilizado, o al menos con otro grado de civilización, Farruquito se hubiera tenido que dedicar a la jardinería o la pastelería, puesto que el público hubiera boicoteado su carrera.
   Por eso, a ver si de una vez, el ser famoso no condiciona un juicio de valor, y el que es un hijo de puta, lo es; sea famoso o no.
   En fin .....

1 comentario:

  1. Cuatro tiros y el craneo destrozado.... y dice que la confundio con un ladron !!!!

    ResponderEliminar