martes, 17 de abril de 2012

Menudos Pedagogos.

   Cada día me quedo mas perplejo con este colectivo. Con el anuncio por parte del Ministro de Educación de una serie de medidas en educación por causa de los recortes de presupuesto, y sin entrar en valoraciones políticas, voy a comentar la mas chocante.
   Quieren aumentar en un 10% el número de alumnos por clase, y claro, salen los pedagogos a decir la mayor ocurrencia científica que vale para todo: "va a disminuir la calidad de la Enseñanza". La calidad de ¿que?.
   La mayoría de este colectivo es de una generación como la mía y seguramente la vuestra. La generación que considero que a nivel de cultura general mejor formados estamos. La mayoría de nosotros, hemos estudiado desde pequeños en clases de 40 alumnos y alguno mas, y no creo que la calidad de la enseñanza fuera mala, era excelente, porque sobre todo se primaba el esfuerzo y el trabajo, porque el que llegar a final de curso a un nivel mas bajo, se le suspendía y a repetir. Eso era enseñar, era enseñar a esforzarse, a trabajar y no a vaguear, a que el profesor llevara la clase, impartiera disciplina a la vez que conocimientos, y no pasó nada. Nadie salió traumatizado, ni se tiró a la droga, ni a robar bancos, ni al alcoholismo.
   Y llegaron los pedagogos meapilas, blanditos a sentar las bases, en pos de la calidad de la enseñanza, de las clases de 25 alumnos como máximo. Desde entonces el índice de abandono y fracaso escolar a crecido exponencialmente, a la par que el nivel de conocimientos ha caído de la misma manera. Ahora se premia igual al que aprueba que al que suspende, nadie repite curso, ¡por Dios!, menudo trauma para un niño. Se les inculca el lema de "tocate los huevos" y pasarás de curso, igual que el que se esfuerza. Lo malo de estos niños, cuando lleguen al mundo laboral, si sigue existiendo eso, van con la misma actitud, y eso es una muy mala enseñanza. Solamente, aprenderán a trabajar los que pasen por la universidad.
   Hoy en día somos los padres los que tenemos ciertas responsabilidades que estamos dejando en manos de "estos profesionales". Al niño no se le puede regañar o castigar por llegar tarde, pero nadie les explica, que a la hora de coger un avión, un tren, un autobús o ir al teatro, no les van a estar esperando a ellos para que comience el viaje o la función. Que cuando trabajen, como lleguen una semana tarde, los van a echar, y que vean que cada cosa mal hecha tiene unas consecuencias. Por eso, la necesidad de hacerlas bien. Y eso no lo debemos dejar en manos de los profesores. La educación es cosa de los padres, y la formación de los profesores, y los pedagogos, que se vayan a tomar el fresco por ahí, porque, en la mayoría de los casos están sentando las bases de una mala, malísima educación.
 

2 comentarios:

  1. Ahí le has dado Emilio, también se añadiría que el listón con el que nosotros estudiábamos resulta que los de ahora lo tienen tirado en el suelo y encima les cuesta saltarlo, no hay disciplina.

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  2. Desde luego que si, yo pienso lo mismo que tú

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